Quién te escribirá canciones



Lengua franca sería reconocerlo: éramos dos,

un alma más que un animal dócil.

O un eco que también ido.


Entrados en la tarde,

que siempre será incompleta como palabra,

porque nunca se repetirá ese paso,

torpezas tiernas que son lo único que significa.

Allá vamos aún, sin evitar decir el lugar común de los astros.

Allá vamos aún.


Colateral

Entonces las montañas están en su sitio,

no hay manera
sencilla de decir que serás padre,

la belleza colateral

a la idea de historias
truncadas.


aviación

Nunca tendré suficientes argumentos para enfrentar algunas lenguas. Que la broma original provenga de lo antiguo, quiénes entonces poblaban. Grupos humanos que avanzaron y la avanzada apuntalaba como hierro, supieron hablar, proferir con más potencia, tostar aves y carnes en general, hasta sin saberlo, asestaron ese trazo con el que hoy te recuerdo mía, y ese recuerdo lleva un volumen más alto que el de las bocinas, en la misma esquina del subdesarrollo, un resumen universal, bestias y latas, caricias y fuego; creemos en el triunfo porque son pocos los aviones truncados. 


Personales 01

Abajo mi abuela, analfabeta, lavando con la misma atención con la que surcaba en su juventud un campo para llenarlo de legumbres, susurra “cumpleaños feliz…” Es casi un silbido que no celebra en realidad a nadie; una lástima da esa voz como una gymnopedia. Abajo mi abuela ha quedado en un lugar del pasado sin saber cómo se pronostica un cometa.


Alumbrar

Estar roto de uno mismo es doble potencia.

Hundirse en la cama como un ajeno, donde le preguntás a tu cuerpo:

¿quién entonces, si no yo?


The ant house

Hay una potencia en el fluir innegable de su pelo,

al tiempo que

vaciadas se quedan las anécdotas

que evitaban el mal de ojo,

padecer la periferia del subdesarrollo,

tolerar que todas las plantas domésticas murieran.

Hay mi ojo fijo en su pelo una mañana cualquiera

de estos decenios,

juro que lo veía como un riachuelo débil,

delicado,

y pensaba, de todo corazón y sin censura,

“levántate Lázaro”

y no pasaba nada.


Diez mil años atrás

Una voz que no ha comenzado,una permanencia de palabras que
desde lo fragmentario dice lo que he vivido,
deseos y miedos
(ya estamos viejos),
falsas cosas recordadas, una voz insisto,
que a veces desde lo ignorado viene y dice
hoy es domingo,
y ese es tu verso,
ella abre la boca lentamente,
y ese es tu verso.
Una pausa no hay,
como no hay silencio,
como en cambio entregados somos
a una marea que ocurre de noche y ocurre en el día,
y tal vez, imagino,
allá en lo profundo fue donde nos conocimos un día,
hablando,
obsesionados con lo inevitable,
porque tendremos que darnos la mano
y ese es tu verso.


nada

No soy nada y una ciudad despierta.
Escucho lo mismo que escuchábamos
cuando abrimos los ojos.
No soy nada, pero recurro al registro
de algo que parecen frases
melódicas
y son los otros en sus rumbos
desconocidos.
No soy a lo sumo una mirada,
bosque de piedra en la memoria
diríamos,
libertad dispensada del tacto.
No soy nada,
reverberaciones en idiomas exagerados,
un’ ave ignorante de mí,
posada en muro en el pasado.


So wild

Me trajiste a pensar en una pantera hembra.

Admirar versos donde es patente el talento de morir.

Abrir pues la boca y decir lo que está para ser dicho.


Lucy

Hemos tenido un amor para siempre entre anteanoche y lo que contaban unos muebles antiguos. Hay imágenes ya que comparten dos desconocidos, la mordedura tierna de una bestia, la desconfianza de espacios que fueron ocupados y abandonados, una en su infancia de potrero y el otro también. Nos besamos en una habitación anónima. Con tres muebles antiguos ha dicho más cosas. Imagino un flujo eléctrico en mi cabeza, una red casi infinita de sinapsis erráticas. Quiero una casa con un muro de ladrillo, quiero imaginar un hijo que me reconoce en la irregularidad de las juntas del muro. Hay largas palabras, caminatas animales, lugares emotivos llenos de muebles viejos: hombres y múltiples mujeres que has sido habitando: ¿por qué parece entonces haber tantas palabras para saltar a la ternura?


El efecto microondas

A veces nos queremos mucho. A veces nos alejamos y no parece que nos queramos tanto. A veces cambiamos nuestros lugares de siempre en la mesa y comemos las mismas recetas añejas. A veces creemos que el animal no regresará nunca, que habrá quedado en un pleito callejero. A veces agradecemos comer frutas de un árbol que no cuidamos. A veces desconocemos a quien ocupa la bañera, a quien se limpia las encías, a quien osa perturbar nuestros 2 metros cuadrados de sueño. A veces habitamos una caverna, sobre todo al recitar del fuego y sentimos nostalgia de ser primitivos.


Potencia

No sé qué queda similar al deseo,

el abismo donde colmadas

las palabras se parecen a todo

lo que hemos sobrevivido:

son cortas las cosas que tengo para decir,

pero hay aún resúmenes

que dejan ver la vocación del tiempo:

un padre que hace silencio,

partículas que fundamentan

el equilibrio de un momento precario,

escritores menores que me corrigen,

huellas de un trance que la luz permite

a quien conoce a Picabia,

un río que no se sabe si mar,

escribir a mano, también,

un acto ingenuo. 


Sombra.

Como las torres ancianas echan raíces, arrancar la mala hierba de lo idiosincrásico. Qué es lo que hubo en ese paisaje donde estuve yo y estoy ahora, en ese lugar del tiempo que son palabras. Espacios abandonados hasta por la memoria. No se puede confiar en la sombra, y sos la sombra de algo, una maroma retórica que me asusta con gestos como una risa exagerada. 


La belleza

Hubiera preferido ser pintor. Tener pelo. Ser más alto. Tener las manos más grandes. Los labios animales. Ser bestia. Ser menos generoso. Escoger la carencia y saber hacer silencio. Hubiera preferido un talento lento, lejos de los listados melancólicos. Hubiera querido un padre que me explicara dos cosas obvias de las fuentes eléctricas. Hubiera preferido que la belleza alcanzara.


Cuidar

Rompe la idea de su presencia como un lugar; ya no hay tal cosa como habitar un cuerpo, aunque sí, habíamos dicho.  No aquí que son los sonidos, ecos reconocibles de lo que recordamos.

Cuidar no es ocultar el polvo.


Cast as a kind

Pero el gesto de una mujer se dejó caer en las múltiples luces de una noche,  elegida como una especie, una dejó su lugar abandonado, quien bailaba no era más, no era hermana, ni hija, ni madre, ni amante era, no era más alguien de quien se volverían a decir cosas en pretérito, en castellano o en alguna lengua moderna, porque de lo precario sabido, queda poco.


Nada

Quiero su silencio, el de ella. Quiero imaginar que sube las gradas y sus pasos no emiten ya ningún sonido. No soy hermano, ni hijo, no soy amigo, ni par. Apenas estas huellas genuinas.


Orphelin

Estoy a punto de dejar de ser generoso.
En la observancia del felino
me digo la frase siguiente:
el gato está vivo porque moja sus patas
y vive su saliva que lo limpia,
con no menos misterios.
Nace una obsesión momentánea,
recíproca.
Al mirarnos,
veo en el animal indefenso
a mil millones de humanos
indefensos.
No hay transacciones
verbales, ni predicados,
ni nada.


x

  • Cuando hablo con los perros, cuando hablo con las plantas, las violetas de mamá o un cactus extinto desde el 2013 que nadie se ha atrevido a botar, cuando hablo con los muebles en un idioma que sería el reflejo de mis intentos de ternura, cuando hablo con un amigo acerca del hecho irremediable de una derrota feliz, cuando hablo con los hijos no nacidos de una generación, cuando hablo con las ventanas recostando una nariz desproporcionada contra sus yerros, cuando hablo con una canción que me habla, cuando hablo con las manos, señales evidentes de cuánto necesitamos estar acompañados, cuando hablo con ella si ella está dormida, un vértigo emocionante de objetos, artefactos de un cariño que se sabe sólo, porque acaso hablar un idioma único nos deja solos, como cuando hablo con el paisaje en su exageración acostumbrada que me lleva a bucólicas propuestas de un amor no correspondido, o cuando hablo con las piedras, mi lengua favorita, esa posibilidad caliza de un silencio milenario, conversaciones todas inútiles, no por la inteligencia de mis argumentos, si no porque alguien ha mentido con el poder de una fe que no mueve ni una partícula de polvo.

como una

Una mujer como una muestra de hierba, inocencia vegetal que no del silencio nace, de un movimiento delicado que toma el lugar del género, un recoveco que se encuentra en dos momentos simultáneos, cuando ella acaricia, cuando él escribe que ella acaricia.


saber

Estoy destinado a ahondar en un sitio que tiene su reflejo

no en el agua
pero más bien en la belleza.


Hay cosas dichas que podrían permanecer anónimas

como el sonido que hizo el viento

adormeciendo aquel árbol inmenso.


Pero qué sería de mí ,luego,

si no asumiera lo que me acompaña
tu recuerdo.


luces 02

En las luces del azar es más lo que se gesta
que lo que se esconde.

Pero el gesto de una mujer echado como una suerte
¿qué luz es esa?


luces

En las luces múltiples de una noche, donde a la vista de lo que imagino arde aún lo perdido en Alejandría, estos bichos autónomos arrasan, el más emancipado es el presagio.

1
Using Format