The ant house
March 17, 2017Hay una potencia en el fluir innegable de su pelo,
al tiempo que
vaciadas se quedan las anécdotas
que evitaban el mal de ojo,
padecer la periferia del subdesarrollo,
tolerar que todas las plantas domésticas murieran.
Hay mi ojo fijo en su pelo una mañana cualquiera
de estos decenios,
juro que lo veía como un riachuelo débil,
delicado,
y pensaba, de todo corazón y sin censura,
“levántate Lázaro”
y no pasaba nada.